jueves, 21 de octubre de 2010

Día de luces

Enfadada, terriblemente enfadada la catrina estaba; lunes, principios de semana y si para Trina fue difícil abrir sus negros ojos y dejar atrás el fin de semana que tanto goza, parecería que para algunos profesores fue aun más duro; un pulpo ebrio, de sombrero ranchero los tomaba por las espaldas con sus cientos de tentáculos y los arrastraba hasta un lago tupido de licor,  ninfas y música distante. Ellos atrapados allá y Trina, ingenua Trina esperando su siguiente clase.
Mientras miraba a un lado y al otro, buscando alguna diminuta silueta acercándose pausadamente a la puerta, su pálido rostro fue cambiando de semblante hasta ser una sonrisa brillante y pícara, sin pensarlo dos veces, La Catrina Trina salió a paso firme sin voltear y ver el monumento al tedio que dejaba tras de sí. Que no se piense que Trina es íntima amiga de la ignorancia, vive para el saber y con el tiempo ya habrá manera de demostrarlo.
De la misma forma que todas las mañanas, el bullicio del comercio matutino sonaba como canción reinante en las calles siempre verdes de esta ciudad, el calcinante sol cayendo sobre los blancos dientes de la catrina, era tapado con un sombrero vueltiao que tanto le gusta usar en las horas de calor y que ella misma trajo desde las costas colombianas.
Decidió tomar la ruta número 22 enfrente de la Universidad de Colima, recordando un poema malo que decía “no hace falta salir de casa media hora para enamorarse”, quería poner a prueba el ayuno de su corazón que emanaba una tenue luz roja entre las costillas. Mientras esperaba el camión, parecía que la universidad liberaba luciérnagas que entraban una tras otra a los ojos huecos y profundos de Trina y de ahí paseaban por su cabeza, su torso y por donde cupieran, a ella no le quedaba más que suspirar a cada momento.
De pronto, una de tantas luciérnagas pasó frente a ella, y sin una razón que lo pueda explicar, la catrina comenzó a seguir dicha luminiscencia  verde cual insecto de pocos sesos.
Una irracional y poderosa intuición la hacían caminar tras la turbulencia de aquellas diminutas alas batiéndose tan rápido como el corazón rojo de Trina.  La ruta 22 ya no importaba, ni ninguna otra sino a la que subía aquel lascivo gusano de luz. Trina entró al camión y de apoco todo se volvía rojo, su corazón brillaba y desde afuera, parecía una gota inmensa de sangre andando entre la gente. Ansiosa pero al final solemne y serena se sentó en uno de los lugares a un costado del de la luciérnaga, y sin que lo pudieran evitar, las dos luces, verde y roja se fundían lánguidamente. En un camino mudo las palabras no hicieron falta, para Trina bastaba, como innegable admiradora de la belleza, con observar aquella silueta difuminada en el umbral de lo divino.
Al bajar del camión La Catrina Trina apenas pudo darse cuenta que frente a sí tenia un parque enorme en honor al libertador mexicano más conocido, Miguel Hidalgo. Se adentraron luciérnaga y Trina en una danza erótica, que la primera parecía conocer mas no mostraba del todo interés, convencida entonces, sabedora de que era el momento para abrir la boca y dejar que apaciblemente claveles lilas salieran a volar entre la luz de la luciérnaga, Trina a poca distancia estaba ya cuando de pronto un jaloneo en el brazo la hizo darse vuelta y quedar cara a cara con el cura Pedro Pantoja, coordinador del Congreso de Exorcistas y Auxiliares que eufórico le decía “La presencia del ‘maligno’ se encuentra en la sociedad, y son los homosexuales y narcotraficantes representantes de éste” y tras de él escuchaba delirante al gobernador de Jalisco, Emiliano González Márquez diciendo “Matrimonio sí es un hombre y una mujer, porque, ¿qué quieren? Uno es a la antigüita y el otro todavía, como dicen, no le he perdido el asquito a aquello.” “Las uniones de facto o legaloides de personas del mismo sexo son intrínsecamente inmorales… son aberrantes”, gritaba el cardenal Norberto Rivera. “Las bodas gay representan ir en contra de la naturaleza, son inmorales y por ese tipo de actitudes Dios quemó Sodoma y Gomorra”( http://vivirmexico.com/2010/10/declaraciones-homofobicas-en-mexico-un-recuento), esas palabras de Renán Barrera Concha y otras muchas de indefinible procedencia abatían estrepitosamente la cordura de La Catrina Trina hasta que fúrica ella pensó “hijos de su reputa madre” y al terminar creyó que tal vez no fue sólo un pensamiento, pues aquellos cerdos y sus gruñidos habían desaparecido. Y lastimosa mente para la catrina desaparecieron de la misma forma como lo hizo la luciérnaga, miró a un lado, a otro, a todos y la luz verde se había extinguido para Trina, confundida ella regreso a casa.


El gobierno federal declaró el 19 de octubre como Día Nacional contra la Discriminación, cuyo objetivo es promover la igualdad y la no discriminación como una condición indispensable para alcanzar la justicia social. http://radioformula.com.mx/

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